domingo, 4 de mayo de 2014

Simple apariencia...

   Acostumbramos a juzgar a las personas por su apariencia, y no es que sea ni bueno ni malo, simplemente es así, un acto inevitable del ser humano que forma parte de nuestra vida diaria, pero que somos capaces de contrarrectar cuando nos damos la oportunidad de conocer a alguien. Alguien que sin quererlo puede que dé un giro a nuestras vidas, que nos hará cambiar su apariencia; entonces, esa persona, poco a poco empieza a ser algo especial, comienza a escribir una historia junto a ti que nunca se borrará y en la que lo más importante no es de qué color sea la tinta con la que escribes, si no cómo y qué escribes.

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